Tras la sonora difusión del documental «3D printed guns» en el año 2013, donde se mostraba las amplias posibilidades para fabricar un arma semiautomática con una impresora 3D, nos preguntamos qué posibilidades tiene esto en España. Según el diseñador de armas de código abierto Cody Wilson, nuestro país es uno de los que más descargas ha hecho de sus diseños para fabricar en casa un arma de fuego. ¿Son las armas 3D legales?
Liberator es el nombre de la primera pistola diseñada para ser fabricada mediante impresoras 3D (las cuáles también se pueden construir de manera doméstica) y cuyos planos han sido distribuidos gratuitamente por la red, como si de una película o e-book se tratara.
Si bien el Departamento de Estado de los EEUU ordenó en septiembre de 2013 retirar de la web de la empresa distribuidora Defense Distributed los diseños por una «infracción a las normativas de exportación» [sic], lo cierto es que con un poco de habilidad en el manejo de determinadas redes P2P (Torrent o Emule) se puede conseguir una copia de los planos.
Según la empresa, España ha sido el segundo país que más descargas ha hecho de la pistola Liberator en el momento en que su distribución era abierta. A falta de datos de distribución en la actualidad, merece la pena saber cómo se encaja esto en el marco legal español.
La autofabricación en el Reglamento de Armas
Pues bien, lo cierto es que no se contempla. La actual normativa en materia de armas está pensada para los marcos de fabricación, distribución y tenencia clásicos, pero no para la autofabricación. En el catálogo de armas prohibidas, no existe ni siquiera analogía aplicable.
El único marco que el Reglamento de Armas español puede afectar a pistolas como la Liberator es lo que concierne a su fabricación, que según la normativa, debe estar autorizada por la Dirección General de la Guardia Civil. Su régimen sancionador contempla multas que van de los 30.000 a los 300.000 euros, así como la incautación de los materiales para su producción.
No obstante, los requisitos para obtener dicha habilitación son prácticamente de imposible cumplimiento para quien, desde su domicilio, fabrique un arma de este tipo. Lo más probable es que quien aborde su fabricación de esta manera, prescinda de una normativa que no está preparada para esto.
La inútil censura: FOSSCAD
Tras la polémica de la Liberator y el cierre realizado por las autoridades de EEUU, nació FOSSCAD, una comunidad de diseñadores de armas de fuego fabricadas mediante impresoras 3D que se actualiza constantemente. Solo basta registrarse y acceder a los diseños elaborados por la comunidad.
Unos 3000 euros en material(con tendencia a abaratarse) y algunos conocimientos en CAD (Diseño Asistido por Ordenador, en sus siglas en inglés) permitirían fabricar los primeros prototipos. El dato curioso de ser España, un país donde las armas de fuego de uso particular tiene muy escasa proliferación, el segundo que más descargas ha realizado llama la atención y evidencia que existe una comunidad de usuarios más o menos amplia o familiarizada, de origen desconocido.
Si bien la pistola Liberator se presentó en sociedad en 2013, la impresión en 3D de armas de fuego tiene antecedentes, como lo fue la construcción de un rifle de asalto en 2012, según publicó la revista Popular Science.
Armas 3D «semilegales» en España
Según los diseños que abordemos, y siempre atendiendo a la casuística, existen ejemplares de estos diseños que pueden incluirse entre las armas 3D consideradas «legales», esto es, principalmente, aquellas armas que no necesitan de autorización para su tenencia.
Estamos hablando de aquellos diseños que puedan incardinarse entre las armas adaptadas a la 4ª, 6ª y 7ª categoría, así como aquellos diseños que revisen un especial carácter artístico, donde únicamente existe una prohibición formal para su uso.
Pero claro, estamos hablando de diseños modificables y materiales que en determinados casos pueden ser reutilizables, por lo que esta restricción es completamente relativa, y al no haber previsión normativa hay que analizar cada arma caso por caso.
Clasificación de diseños
Diseñar un arma 3D de código liberado, es decir, a disposición del público libremente, es un proceso complejo, donde el resultado de su creación no es posible encajar fácilmente en los criterios reglamentarios de las armas en España.
La única solución normativamente posible es contemplar la clasificación de diseños de armas obtenidas mediante impresoras 3D en función del resultado de su accionar, e instrumentando un proceso de normalización que comprenda actuaciones tanto de oficio, con una clasificación permanente de este tipo de diseños, como a instancias de los particulares, evitando así una exclusión reglamentaria de una realidad que más pronto que tarde llegará a España.
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