Las malas noticias son en general buenas noticias para el especulador financiero. Aunque las páginas de color salmón suelen publicar titulares catastróficos, el coronavirus ha sido una gran noticia para quienes trabajan con las alzas y bajas de valores bursátiles. Sin ambages, ha habido una serie de anuncios que reflejan el relajamiento de las economías con sus controles a la hora de capitalizar a sus entidades financieras.
Con el caso del bitcoin y su abrupta caída de precios de los últimos días, se aprecian movimientos de salida a flote de millones de euros ocultos respaldados por esta moneda virtual, y donde veremos en los próximos meses una caída todavía mayor, para luego llevar adelante una revalorización una vez el trasvase de capitales haya finalizado.
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Limpieza de los pequeños inversores
Inevitablemente, tenemos que relacionar la caída de precios del BTC con las caídas en los valores de bolsa de las empresas cotizadas de EEUU y Europa, no porque vayan de la mano, sino porque son la reacción en cadena de los pequeños inversores con perfil parecido en ambos mercados.
En el caso de la bolsa, la crisis del coronavirus permite a grandes especuladores adquirir valores a bajo precio, y en el caso del Bitcoin, permite que los pequeños tenedores desconfíen de esta moneda desregulada, operación que por mucho es un regalo del cielo para quien quiera transportar capitales o incluso refugiarlos del control anti blanqueo.
La diferencia entre bolsa y bitcoin
No obstante, existe una diferencia importante respecto a ambos mercados. Aunque se afirme lo contrario, los mercados de valores son mercados regulados. El pánico financiero es habitualmente suplido con inyecciones de liquidez (que no deja de ser una masiva impresión de billetes) que los propios organismos reguladores realizan periódicamente. Eso es imposlbe en el Bitcoin.
Su funcionamiento y el propio funcionamiento de la criptografía hace que la cadena de bloques sea la expresión informática de la llamada «mano invisible». Si hay mucha demanda, el precio sube; si hay mucha oferta, el precio baja. Es decir, la manipulación del precio del Bitcoin viene por agentes externos a su propio funcionamiento, a diferencia de los mercados bursátiles. Por tanto, la economía del Bitcoin no es ajena al acaparamiento y a la especulación.
Refugio y salida a flote de dinero oculto
La crisis del coronavirus afecta a la totalidad de sectores económicos, una caída de la actividad y también de la demanda de crédito. Esta paralización de la economía, según un reciente informe de Goldman Sachs, va a reducir la renta del sector financiero de dos maneras: bajará la demanda de financiación por parte de PYMES y familias (crédito al consumo), y se reducirá la percepción de comisiones por actividad y por banca privada.
La legislación en materia de blanqueo de capitales (en España, la Ley 10/2010) delega en las propias entidades y sujetos obligados el control de la actividad financiera sujeta a posibles decomisos. Esto quiere decir que estos sujetos obligados (asesorías, joyerías, inmobiliarias, promotoras, bancos o casas de cambio, entre otras) beneficiarios de dinero no declarado, deberían ser a la vez quienes deben denunciar a su clientela. Algo así como la zorra al cuidado del gallinero.
Coronavirus y blanqueo de capitales
Esto no es más que una previsión que el legislador ha tenido para que sean los grandes actores de la economía quiénes decidan cuándo se debe ser «implacable» en la lucha anti blanqueo en momentos de cuentas saneadas, y cuándo deben ser «laxos» en los momentos en que las cuentas no salgan, como en esta época.
La caída del precio del Bitcoin apunta precisamente en este sentido, es decir, a un próximo movimiento de refugio tras una abrupta reducción de valor, que además servirá en las próximas semanas para eliminar a la pequeña competencia, y que en los próximos meses verá un fuerte incremento de su precio. Sabiendo esto, no tire sus bitcoins a la basura.
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